miércoles, 19 de septiembre de 2007

LA VEJEZ

Autor: Enrique Gil Calvo

El profesor de Sociología de la Universidad Complutense Enrique Gil Calvo está convencido de que se prepara una revolución cultural en los próximos años que afectará de lleno a la sociedad española: la revolución de la vejez, el "poder gris" que asumirá el protagonismo de su propia historia y acabará con la "dictadura" institucional y médica características de nuestro tiempo.

Hasta ahora, esta revolución no ha sido posible porque los siete millones de jubilados existentes proceden de generaciones anteriores a la guerra civil, están divididos, tienen un escaso nivel de estudios y se han habituado a la pasividad cuando no al ostracismo al que los condenan la sociedad so pretexto de protegerlos. Los que van a tener la sartén por el mango en un futuro ya cercano son los actuales "babyboomers", esa generación nacida en los años del desarrollismo económico, la prodigiosa década de los sesenta. Esta generación sólidamente preparada estará dispuesta a dar la batalla para romper con la obligatoriedad de la jubilación a los 65 años. Gil Calvo les promete casi el paraíso terrenal por el mero hecho de que serán sujetos de su propia vejez, en vez de quedar reducidos a sujetos pasivos de los actos de los demás, sean justos o injustos… Pasarán a ser, por lo tanto, el factor dominante de la sociedad, porque habrá menos jóvenes y porque transformarán las instituciones a su servicio.

Esta revolución inminente la describe Gil Calvo de manera reiterativa y con citas abundantes de numerosos especialistas mundiales en temas relacionados con la ancianidad. En este sentido, su ensayo sobre el "poder gris" es una aportación sociológica de indudable interés político.

Por supuesto, el propio autor se considera uno de esos "babyboomers", a los que perfila como pacifistas, escépticos y provocadores. En plena coherencia con el agnosticismo del que hace gala, Gil Calvo está convencido de que una de las conquistas de los futuros jubilados será la de ser libres para acabar con sus vidas como les plazca. De esta manera, el libro, que prometía ser un ensayo ecuánime sobre la evolución de las generaciones, se convierte en uno de sus capítulos en una apología del suicidio y la eutanasia. Al mismo tiempo, descarta la posibilidad siquiera de trascendencia, como si no fuera un elemento distintivo de muchos maduros y ancianos de hoy.

Gil Calvo considera la vejez en sí misma como un fracaso de la vida y, por lo tanto, como la antesala de la muerte que tanto miedo causa. Una muerte, claro está, sin esperanza, porque la vejez, a su modo de ver, no tiene ya posibilidad alguna de esperar nada, salvo la muerte. Por supuesto, Gil Calvo no recuerda o no ha leído a Jean Guitton que definía al hombre como un ser que siempre está a la espera. ¿No hay esperanza para el viejo aparte de saberse libre de programar a su antojo la propia muerte como si fuese dueño de su vida?

Como la lectura de este libro ha coincidido con la visita a Madrid de Juan Pablo II, no he dejado de preguntarme sobre la relación existente entre el panorama descrito por Gil Calvo y ese entusiasmo suscitado por el anciano Papa en la juventud que lo aclamaba como "joven". Un joven de 83 años que todavía hace proyectos de nuevos viajes apostólicos… Pero, en fin, cada cual ofrece lo que tiene, y Gil Calvo tiene poca esperanza en la posibilidad de otra vida.

www.aceprensa.com

lunes, 10 de septiembre de 2007

Vocación para enseñar

Es triste descubrir, con frecuencia, que hay muchos profesores y profesoras que toman su trabajo como una pesada carga, como una condena social, como un martirio continuado y sin fin. Más triste aún es ver como, de a poco pero eficazmente, se apagan en los alumnos que escuchan los deseos de aprender y de desarrollar sus capacidades. Simplemente, al escuchar al resignado maestro despotricar contra todo y todos, se va apagando su ilusión de hacer algo bueno y mejor en su vida.

Y aquí vale recordar el famoso refrán que dice que «vale más un ejemplo que mil palabras». Para ser maestro o maestra, para enseñar, hace falta vocación. No cualquiera puede ser un buen educador sólo con ponerse al frente de un público y hablar continuadamente sin interrupción. No todo aquel que da tareas es buen maestro ni quien dicta apasionadamente ni quien evalúa a los educandos con una cierta frecuencia. Nada de eso sirve si no está enamorado de su profesión.

Si bien es cierto que en muchos países y en muchas partes del mundo la labor del profesor no está bien retribuida económicamente, de ninguna manera se puede constituir en una excusa para hacer mal el trabajo. El que enseña y no ama su vocación, la hace con desgano, y esta actitud la transmite inexorablemente a sus alumnos. Es una grave responsabilidad, pues muchas veces son los mismos profesores quienes, con su comportamiento, apagan la efímera llama de las nacientes vocaciones de quienes escuchan.

El nacimiento de la vocación en los alumnos viene siempre precedida por el nacimiento de unos gustos que deben ser cultivados y alentados. Cuando en el camino de la vida, se llega a las puertas de la juventud y el problema de la vocación profesional debe ser resuelto, serán determinantes los ejemplos que el joven encuentre para alimentar o enterrar definitivamente esas ganas de estudiar algo determinado.

El maestro que va por obligación transmite esa rutina a sus alumnos. Los contagia y los llena de pesimismo. ¡Cuánta diferencia existe entre aquellos que transmiten y enseñan con pasión y ganas y aquellos otros que van arrastrándose por la vida como pobres seres infelices! Enseñar es ciertamente apasionante, y más aún, cuando el maestro logra hacer germinar en el discípulo las ansias de saber y de ser culto. Hacen falta ejemplos de educadores que compartan su saber y no lo guarden para si por motivos de estúpidos celos profesionales.

Ejemplos de maestros que enseñan a cuentagotas y sólo lo necesario para que sus alumnos no los superen intelectual y profesionalmente, hay de sobra. Son los avaros y los mezquinos, los que se niegan a compartir su saber. Pero por suerte, y gracias a Dios, existen tantos otros apasionados por lo que enseñan, que disfrutan dando cátedra y embellecen la excelente labor profesional que ejercen día a día.

Qué mayor crecimiento personal que hacer partícipe al otro de nuestros conocimientos, siempre y cuando sirvan como lección duradera y no como vidriera de vanidades, por supuesto. Hacen falta aquellos verdaderos maestros de vocación, que se desviven por el alumno bien dispuesto, presto a atender y escuchar. Hacen falta aquellos capaces de hacer florecer verdaderas vocaciones, ejercidas por gusto y placer, y no emparentadas con el ansia desenfrenada de acumular billetes y reputación.

Mariano Martín Castagneto

conoZe.com

martes, 28 de agosto de 2007

No leas el Quijote





Por José Ramón Ayllón
Profesor de Literatura y escritor

www.arvo.net

Antes de terminar el curso, Javier me pidió una lista de libros entretenidos para el verano. Es una petición que se repite todos los años entre mis alumnos, y también entre colegas y amigos a la caza de lecturas apropiadas para sus hijos. Se trata de ocupar el tiempo libre que se avecina, de conjurar la amenaza de aburrimiento que planea sobre las largas vacaciones estivales. Y uno, como profesor de Literatura y profesional del tema, no tiene más remedio que atender la demanda de consejo. Con mucho gusto además. Y con varias listas elaboradas durante años, pensadas para edades y circunstancias diferentes, pues no gusta lo mismo a los ocho que a los ochenta.

Javier tiene quince años, y le toca la lista más generosa: cincuenta títulos fotocopiados en una cara de folio. Una selección de veinticinco autores españoles y veinticinco extranjeros. De Homero a Borges, pasando por Cervantes y Shakespeare: sencillamente, los mejores. Y de todo un poco: novela, poesía, teatro, biografía y ensayo suave. Obras comprensibles, breves la mayoría, y muy interesantes. Antiguos y modernos, lejanos y cercanos, incluso vecinos como Delibes y Miguel Martín, a quienes hemos visto casi a diario durante años.

Con el folio en la mano, Javier quiere saber si se trata de libros tan interesantes como Harry Potter, y pone cara de incrédulo cuando le aseguro que no, que en mi selección sólo aparecen obras mucho más interesantes que la mencionada. Luego le explico que la historia de la literatura no empieza ni termina en Rowling, y que el ranking de calidad no lo marca necesariamente el número de ejemplares vendidos. “O sea, que el libro más vendido quizá no es el mejor... ¡Pero es el que más gusta!”, argumenta Javier. En eso estamos de acuerdo, aunque debo matizar de nuevo: “Los libros de Harry Potter son los que más te gustan porque no has leído otros mejores...”. Javier, que es un tipo práctico, decide pasar de las palabras a los hechos, y me lanza un reto contundente: “¡A que no me dices cinco libros que me gusten más de Harry Potter!”.

La verdad es que Javier me pone un reto fácil, pues su interés por la lectura es muy reciente, y lo que desconoce y le queda por leer es casi todo. Ha leído a Tolkien, a Michel Ende y a Jack London, pero no ha tenido aún la inmensa suerte de entrar en la Odisea (Homero), en Las ratas (Delibes), en Peñagrande (Miguel Martín), en El viento en los sauces (Kenneth Graham), ni en Marcelino, pan y vino (Sánchez Silva). Javier agradece mis cincuenta tentaciones en forma de libro y subraya los cinco seleccionados. Hoy, después de un mes de calores y vacaciones, me encuentro con él y le pregunto por el reto. Se encoge de hombros, abre los brazos, pone sonrisa de disculpa y me responde que está leyendo El Quijote. “¡¿Cómo dices?!”. No me lo puedo creer. Ni siquiera los alumnos más lectores te dan esas sorpresas en estos tiempos. Pero Javier me explica que se lee un capítulo cada noche, ya en la cama, y que se ríe un monton con las aventuras de la pareja cervantina. Así que, de momento, el reto puede esperar.

Si alguien me pregunta cómo he conseguido que una criatura de quince años disfrute con la mejor novela del mundo, debo confesar mi inocencia: “No empieces por El Quijote”, fue todo lo que dije al entregarle la lista. El resto, sin duda, lo hizo su adolescencia.

José Ramón Ayllón
jrayllon@edunet.es

lunes, 27 de agosto de 2007

Serían evitables las inyecciones para diabéticos

Un novedoso método, ya ensayado con animales, que evitaría inyectarse insulina a los diabéticos del tipo 1 podría tener "futuro", aunque demorará "unos diez años en aplicarse", vaticinó un especialista del Hospital Austral.

La técnica consiste en rodear a las células pancreáticas que se trasplantan a los diabéticos tipo 1 (es decir, los in-sulino dependientes) con un material especial, al que se le agrega una sustancia magnética con hierro.


De esta forma, se impediría que el organismo rechace a estas células, que segregan la insulina que le falta a los pacientes, y permite además a los médicos vigilar por resonancia lo que ocurre con ellos. La técnica fue probada por científicos de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos.

"Esta terapia puede tener futuro, dentro de las que se están probando para que las células perduren el mayor tiempo posible en el organismo al cual fueron trasplantadas", consideró el jefe del servicio de Diabetes y Nutrición del Hospital Universitario Austral, Pedro Lobo.

Lobo advirtió que "el gran desafío" para estas terapias "es impedir que el organismo, a través de sus anticuerpos, rechace las células que son trasplantadas, para generar la insulina de la que carece esa persona".

Al mismo tiempo, señaló que podrá demorar "unos diez años" ya que "primero debe atravesar diferentes fases de investigación; ya fue probada en ratones y lo siguiente es hacerlo en primates, como los monos".

La diabetes tipo 1 afecta a adolescentes y jóvenes, que no tienen insulina y dependen de ella, mientras que la 2, a personas adultas.

sábado, 11 de agosto de 2007

GILBERT KEITH CHESTERTON

ESCRITOR BRITANICO / LONDRES 1874 * 1936 /*

DESDE SU PRIMERA JUVENTUD MANIFESTO GRAN ESPIRITU DE INDEPENDENCIA Y SINGULAR ORIGINALIDAD EN SUS PUNTOS DE VISTA , SE DIO A CONOCER CON ARTICULOS DE CRITICA DE ARTE Y CRITICA LITERARIA Y EN 1900 PUBLICO DOS LIBROS DE VERSOS, DE ESE AÑO MISMO DATA SU AMISTAD CON BELLOC ,./* TRAS UN ESTUDIO SOBRE ROBERT BROWNING // 1903 PUBLICA SU PRIMERA NOVELA EL NAPOLEÓN DE NATTING HILL // 1904 SIGUIERON OTROS LIBROS DE CRITICA , COMO DICHENS /* 1906.B.SHAW 1909 // POR DONDE COJE EL MUNDO 1910 //EL CANDOR DEL PADRE BROWN // EN 1908 EL HOMBRE QU FUE JUEVES / SU OBRA JOCUNDA Y OPTIMISTA , REBOSA DE VITALIDAD CON SU AGUDO SENTIDO DEL HUMOR DIERON EN SU EPOCA UN GRAN RELIEVE DE PERSONALIDAD,./* LA MAYORIA APUNTA A DECIR QUE ESTA DE ACUERDO CON BERNARD SHAW O QUE LO ENTIENDEN , YO SOY EL UNICO QUE LO ENTIENDE Y NO ESTOY DE ACUERDO CON EL ,// ESTOS SON SUS DICHOS SIEMPRE JUNTO A SU HUMOR //* LE RENDIMOS HOMENAJE A ESTE GRAN ESCRITOR INGLES //*
TEATROESPACIAL1@HOTMAIL.COM

DIR /// NICOLAS MANSTS

miércoles, 1 de agosto de 2007

OBESIDAD

Es una enfermedad crónica originada por muchas causas y con numerosas complicaciones, se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo y se presenta cuando el Índice de Masa Corporal en el adulto es mayor de 25 unidades.

La obesidad no distingue color de piel, edad, nivel socioeconómico, sexo o situación geográfica.

Anteriormente se consideraba a la persona con sobrepeso como una persona que gozaba de buena salud, sin embargo ahora se sabe que la obesidad tiene múltiples consecuencias en nuestra salud.

Con excepción de las personas que son muy musculosas, aquellas cuyo peso supera en un 20 por ciento o más el punto medio de la escala de peso según el valor estándar peso/altura, son consideradas obesas. La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40 % de sobrepeso), moderada (del 41 al 100 por cien de sobrepeso) o grave (más del cien por cien de sobrepeso). La obesidad es grave en solamente el 0,5 por ciento de las personas obesas.

Sin embargo no existe una definición satisfactoria para esta enfermedad, tampoco una proporción de peso a talla donde podamos definir que las enfermedades y complicaciones asociadas que limitan y acortan la vida.

La obesidad es una amenaza para la vida, es una enfermedad progresiva y crónica de proporciones epidémicas que afecta a todo el mundo.

¿QUÉ ES EL CAOS EN CIENCIAS?

No vamos aquí a hablar del caos político y social, como el día en que las ordas echaron a de la Rúa, sino de un comportamiento de la naturaleza descrito por las matemáticas y aplicable en el campo de las ciencias exactas y naturales. Daremos una definición de caos, para pasar a explicar sus cualidades.
Definiremos caos a un comportamiento oscilatorio de apariencia aleatorio, determinista, con sensibilidad a las condiciones iniciales e imprevisible a futuro. Matemáticamente se da el caos en los sistemas dinámicos no lineales.
Siempre se trata de una variable que evoluciona con el tiempo como la temperatura ambiente. Esa variación es muy complicada o aleatoria, no sigue ningún patrón. Dicho de otra forma no es como la sucesión del día y la noche que es totalmente repetitivo. Justamente en 1963 Lorenz, tratando de hacer un modelo matemático de la atmósfera, encontró que los parámetros meteorológicos variaban caprichosamente con el tiempo, es decir de una forma aparentemente aleatorea. Es por eso que hoy día se hace imposible el pronóstico meteorológico a largo plazo.
Sin embargo incluimos en la definición al determinismo, ya que la descripción matemática de estos fenómenos siguen una ley determinada por la solución de un sistema de ecuaciones diferenciales precisas o de un sistema de ecuaciones iterativas determinadas.
La sensibilidad a las condiciones iniciales es otra propiedad del caos por la cual una pequeña diferencia el valor inicial de la variable en cuestión arroja con el tiempo una gran variación. Es lo que se ejemplifica con el “efecto mariposa”. De dos mariposas que aletean en Buenos Aires una puede no producir nada y la otra provocar a la larga un huracán en el Caribe.
Por culpa de un clavo, se pierde la herradura,
Por culpa de la herradura, se pierde el caballo,
Por culpa del caballo, se pierde el jinete,
Por culpa del jinete, se pierde el mensaje,
Por culpa del mensaje, se pierde la batalla,
Por culpa de la batalla, se pierde el Reino.
Podría pensarse que si determinamos con exactitud la condición inicial tendríamos la evolución exacta conocida. Sin embargo toda medición física posee un error. Además ese error no puede hacerse tan pequeño como uno quisiera a causa de la indeterminación de Heisemberg. Por lo tanto tenemos una imprevisibilidad del comportamiento futuro.
La matemática, como decíamos, encuentra el fenómeno caótico en sistemas no lineales. Es decir el efecto de dos fenómenos no es la suma de los fenómenos por separado.
Encontramos caos en la atmósfera, en la población de mosquitos que varía año a año caprichosamente, en la turbulencia del humo del cigarrillo, en la convección, en algunas reacciones químicas, en el EEG y en el ECG de personas enfermas, etc ¡Incluso en el movimiento de una botella de Coca Cola que posee cinco puntos de apoyo! En efecto, al desviarla de la posición de equilibrio pasa de apoyarse en dos patas a apoyarse sólo en una, entonces una ligera perturbación (sensibilidad a la condición inicial) la hace tumbar hacia la derecha o a la izquierda, y así siguiendo.
Sin embargo hay cierta frivolidad en decir que cualquier oscilación escarpada es caótica ya que para ello habría que someterla a la prueba de las cuatro cualidades: oscilación pseudoaleatoria, sensibilidad a las condiciones iniciales, determinismo e imprevisibilidad a futuro.